Es probable que fuera en 1779 cuando Goya, que contaba entonces treinta y tres años, entró en contacto con la naciente tendencia prerromántica en la literatura española. La atmósfera melancólica, patente en poemas como Noches Lúgubres de Cadalso, en A Clori de Jovellanos y en La Noche y la Soledad de Meléndez Valdés, se refleja […]