He regresado para confesar mi delito, consciente de que no suscitaré sentimientos de solidaridad, ni siquiera entre los colectivos a los que quise desagraviar. No habrá piedad para mí. Ni yo la pediré. ¿Acaso la tuve yo con aquel maldito cabrón, que al fin y al cabo no era más que un desgraciado, víctima también […]